cien años de soledad

Si de grandes aventuras literarias mas fascinantes del siglo xx se tratan, Cien Años de Soledad de Gabriel Garcia Marquez, fue la que marco mi experiencia en la lectura.
Al principio no fue idea mía comenzar a leerla, porque me atemorizaba observar su voluminosidad y creía que nunca podría terminar de leer abundantes paginas.
Y fue para entonces cuando en el año 2005, la profesora de lengua y literatura nos pidió que consiguiéramos el libro, con el cual íbamos a trabajar toda la mitad de año. Por suerte no tuve la necesidad de comprar una nueva edición, porque una amiga vecina me lo presto.
Al comenzar con la lectura me resulto extraño como empezaba: “muchos años después frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevo a conocer el hielo. Porque estaba acostumbrada a escuchar e incluso a leer de pequeña en otros cuentos e historias palabras como “había una vez”, “érase una vez”.
En ese momento comprendí que no era una lectura mas, como otras que muchas veces se tratan de aventuras que hacen sobre volar la imaginación, de fantasías, efectos especiales o ciencia ficción; esta era una novela literaria que la sentí “real”, le pasaban a personas de carne y hueso.
A medida que avanzaba en los capítulos, hacia pausas para realizar cuestionarios, deducir reflexiones y así poder lograr que la historia sea fácil entenderla, ya que por momentos el árbol genealógico de la familia Buendía-Iguaran era confuso, como también sus enredos y conflictos cotidianos.
Los vigésimos capítulos los termine de leer en un lapso de cuatro meses(seguramente los hubiera terminado antes si no habían once materias mas que cursar) los cuales me brindaron la posibilidad de mostrar que no solo la aventura fabulosa de esos protagonistas, con sus milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos y condenas transcurren en líneas, sino que también representan al mismo tiempo el mito y la historia, la tragedia y el amor del mundo entero.
Por lo tanto si tendría que resaltar algo importante sobre todo esto, no es cuanto o como uno lee, sino como enfrentamos lo que el universo de lectura nos tiene preparados, para crecer como lectores.